Consulta conyugal

Una pareja decide asistir a una consulta de pareja cuando la relación tiene peligro de deshacerse y ellos mismos no encuentran la manera de solucionar el problema. Llegan con la esperanza de encontrar el medio de lograr la felicidad el uno con el otro o de separarse con cariño.

Cuando una pareja decide buscar la solución en una consulta, el resultado final es incierto. Para conseguir la certeza de quedarse juntos o de separarse, los dos, en el camino de aprender, van con la meta de solucionar sus problemas reconocidos u ocultos. Entonces aprenden lo que al comienzo de la unión han debido aclarar para poder decidir si los dos son el uno para el otro o no lo son. Por otra parte aprenden aquellas reglas de amor que hubieran podido ayudar a evitar sufrir las muchas heridas que entretanto se han podido acumular.

Las parejas en que ambos se ponen en ese camino comprueban que a veces puede ser fácil pero otras muy difícil, ya que los dos van descubriendo mucho sobre su propio carácter, sobre el del compañero y sobre lo que constituye la unión. Eso les permite irse transformando. Algunas opiniones en el camino de una transformación pueden ser dolorosas al principio y otras dan de una vez la sensación de que se tienen alas. En toda forma van a tener fases de “dolores de crecimiento” porque todo cambio, aunque se lo impongan ustedes mismos voluntariamente, producen miedo: “Realmente estoy a punto de abandonar caminos conocidos y meterme en tierra virgen.” Precisamente ésto puede impedir separaciones innecesarias junto con sus consecuencias drásticas.

El camino de la transformación pasa por fases diferentes. Por subidas y, al menos por un tiempo, por bajadas. La experiencia nos ha enseñado que es decisivo vencer juntos períodos difíciles en vez de dejarsen vencer poco antes de llegar a la meta: Es como si decidieran trepar a una montaña elevada. Lo importante es que los dos decidan llegar arriba aunque el camino sea a veces difícil e incómodo. La decisión la deben hacer al principio de la consulta de la pareja. También se debe fijar cuál va a ser la meta – el cambio – que se va a lograr trepando hasta la cima de la montaña.

Las siguientes pueden ser algunas de las metas:

• Podemos hablar sobre nuestra relación con toda tranquilidad.
• Tenemos la capacidad de encontrar lo que para cada uno de nosotros es importante en cualquier tema que cause un conflicto o que pueda causar discordia.
• Hemos aprendido a decirnos mutuamente qué es lo que deseamos.
• Hemos desarrollado la capacidad de evitar peleas.