2 La vida cotidiana es un desafío a nuestras relaciones
Ejemplo 1:
Brita y Bernardo están casados desde hace más de diez años y los dos trabajan. Brita está en una agencia publicitaria y Bernardo hace sistemas de WEB para una compañía estadounidense. Los dos tienen días de trabajo largos y llegan relativamente tarde a la casa. En los días entre semana cada cual saca algo de la refrigeradora si todavía tienen hambre y antes de ir a la cama por lo general los dos toman té en la cocina. Los fines de semana disfrutan entonces de un desayuno prolongado, salen de compras y piensan en un menú que frecuentemente se preparan porque son también buenos compañeros en la cocina.
Brita se ha dado cuenta de que Bernardo pone cara de mal genio en el último tiempo al llegar a la casa y no se sienta con ella, como lo había hecho siempre. Al principio pensó Brita que él puede tener problemas con algún proyecto difícil en el trabajo pero se admira de que no le cuente nada. Cuando le preguntó después de unos días qué le pasa, le dijo sólamente: “Pues no es nada especial. Necesito un poco de tranquilidad.” Brita lo deja solo pero queda pensativa.
Pasan varias semanas y Bernardo sigue silencioso y distraído. El preguntarle qué le sucede no sirve de nada y entonces ella se comienza a preocupar. Hizo ella talvez algo que le disgustó? Brita se pone a reconstruír mentalmente los días antes del cambio de actitud del esposo pero por mucho que se esfuerza, no se acuerda de nada especial.
Una vez le menciona el asunto a la hermana y le explica que está muy preocupada por eso, pero Heike le dice que puede ser el comienzo del climacterio y que, conociendo a Bernardo como es, él va a volver a ser el que era. Brita queda preocupada.
O el problema es el trabajo, pero él siempre se lo contaba a ella, o es que se ha enamorado de otra mujer. El pensar en eso la pone cada vez más nerviosa. Ojalá le dijera algo!
Ejemplo 2:
Hanna y Harald viven juntos desde hace 6 meses, a pesar de que se conocen hace mucho más tiempo. Son compañeros en la facultad de derecho y siempre se encontraban en la universidad. Al final, en un seminario sobre el tema de derecho penitenciario juvenil, se enamoraron. Han tenido un tiempo muy agradable juntos y lo disfrutan muy concientemente. El horario no les deja mucho tiempo libre pero tratan de aprovechar cada minuto posible para estar juntos.
El padre de Hanna no está muy contento con la actitud de la hija. No le gusta que ella esté siempre con ese “tipo”, como lo llama, porque es posible que por él desatienda su estudio. Varias veces le ha llamado la atención sobre eso a Hanna, a veces suavemente y otras entre chistes, pero en el último tiempo lo hace con un tono que la mortifica. En la última conversación telefónica ella le dijo muy claramente que lo que hacía era su decisión y era su propia vida. Que se alegra de que él desée su bienestar, pero que le pide no meterse en sus decisiones porque ella ya es mayor de edad. Que en cuanto a su estudio, no lo está descuidando. Que se lo puede creer o nó. El padre cedió en su actitud pero la relación quedó alterada. Eso deprimió a Hanna porque siempre había tenido una buena relación con su padre. El siempre la respaldó en su estudio. Harald se dá cuenta de que Hanna en el último tiempo está muy “rara” pero no le dice lo que le sucede. Eso lo pone inseguro y hay momentos en que resulta dudando de su relación con ella.