2 La vida cotidiana es un desafío a nuestras relaciones

Ejemplo 1:
Susana y Siegfried están casados desde hace 10 años. Tienen dos hijos: Maximilian de 7 años y Mauricio de 6. Susana es secretaria en una firma grande y con su sueldo sostiene a la familia. Siegfried se ocupa de los niños y de los quehaceres de la casa. Inicialmente estudió politología pero pronto se dió cuenta de que no podía trabajar en su profesión: implica demasiada tensión nerviosa, demasiados conflictos y muy poca disposición para solucionarlos en forma constructiva. Cuando tiene tensión su cuerpo reacciona inmediatamente con trastorno y dolor de cabeza ; por esa razón se decidieron a repartirse el trabajo en esa forma, lo cual por lo menos en su ambiente no se acostumbra. Siegfried se acostumbró a esos quehaceres con el paso de los años y ahora que los niños están más grandes va teniendo cada vez más tiempo para ocuparse de su “pasión secreta”, como la llama: la fotografía. Lo único negativo en el asunto es que es un hobby caro. Por este motivo se consiguió desde hace tiempo una fuente de ingresos que le dá algo de dinero. El escribe muy bien y ha cogido fama como escritor de autobiografías de personas con destinos especiales. Con ese dinero ha ido mejorando su equipo fotográfico y en la actualidad está muy contento con él. Se puede decir que tiene un equipo profesional.
Esta vez quiere comprarse un objetivo con un foco amplio de 1.2, lo cual es naturalmente bastante costoso – el vendedor al cual va, después de mucha conversación le dijo que costaba 2000 Euros.
Siegfried no le ha contado a su Susana todavía sobre lo que proyecta porque quiere sorprenderla. Cuando ella unas semanas más tarde ve el aparato y se entera de lo que costó, no puede contenerse.
“Estás loco? Crees que tenemos tanto dinero para tirarlo por la ventana? Tú sabes que tenemos que cambiar los muebles de la sala. El auto debemos llevarlo al taller y la reparación va a ser costosa! Tú inviertes tanto dinero en tu miserable fotografía! Piensa en lo que haces!”

Ejemplo 2:
Liliana y Leopoldo están juntos desde hace un año. Desde hace 5 años es Liliana jefe de ventas de una cadena de almacenes. Con frecuencia tiene que ir de viaje, lo cual fué para Leopoldo muy desacostumbrado porque su compañera anterior era como él maestra y tenían el mismo ritmo a pesar de tener diferentes horarios. Ahora, en su relación con Liliana, él tiene que adaptarse. Cada par de semanas se va de viaje por varios días y él queda sólo.
Esta vez se va Liliana a Singapur con objeto de visitar a los proveedores y convencerlos de que acepten nuevas condiciones. Va a durar dos semanas. Las conversaciones preliminares que tuvieron por video fueron difíciles pero Liliana tiene confianza de que, tan pronto esté allá, pueda iniciarse un proceso constructivo en las conversaciones.  Sinembargo por el momento no sabe donde tiene la cabeza y se alegra de tener un buen asistente que le ayuda a organizarlo todo. Le deja la libertad de fijar las citas con los proveedores porque él tiene acceso a su plan diario y así puede evitar comprometerse a estar en una hora determinada en dos sitios diferentes.
Leopoldo es maestro en una escuela superior. Encuentra su trabajo como un reto que él aceptó muy voluntariamente. Le gusta la viveza de los jóvenes y está dispuesto a considerar nuevas tendencias. Sinembargo, su profesión trae consigo tensión que no se puede negar y a veces, cuando la parte burocrática de su trabajo aumenta exageradamente, piensa en sus “sueños de verano”, como el llama a sus planes de vacaciones. En este año está pensando en algo muy especial, con lo cual quiere sorprender a su compañera. El hace una reservación para unas vacaciones de tres semanas en el caribe.
El caribe, con su calor, la vegetación tropical y ese estilo de vida muy diferente lo ha fascinado siempre. Ahora, con Liliana se alegra Leopoldo de compartir esa experiencia nueva para él. Hace la reservación en las vacaciones de verano porque en otra época no tuviera tiempo. También se alegra de la cara que va a poner Liliana cuando le muestre los tiquetes. El sí se acordó que ella ama las montañas y que por esta razón pasaron sus últimas vacaciones haciendo caminatas por Tenerife, pero para él vacación es vacación, váyanse a donde se vayan y a “caballo regalado no se le mira el colmillo”….
Por la noche, Liliana se alegra de estar en la casa. El día de trabajo transcurrió positivo y su asistente, poco antes de salir, le mandó por E-mail la confirmación de que los proveedores la esperan en la fecha acordada. Es decir, todo va bien. Lo único desagradable es que esta vez tiene que estar 14 días ausente. Le va a hacer falta Leopoldo, de eso está segura. A la comida conversan y Liliana le cuenta de su viaje a Singapur. Leopoldo hace una mueca como si hubiera mordido un limón. “Cómo puedes viajar a Singapur simplemente, sin consultar conmigo y precisamente durante las vacaciones de verano que es cuando yo tengo mis vacaciones? Afortunadamente no es en agosto, pero sinembargo!” Liliana encoge los hombros: “Tú sabes cómo es mi trabajo. Sé que voy a estar ausente muchos días pero tengo 8 reuniones diferentes. En menos tiempo no lo puedo hacer. Me alegro de que Jan se ocupe de los asuntos de organización porque donde mí todo se amontona.” Liliana, cansada como está, se quita un mechón de pelo de los ojos. “Y qué pasa en Agosto?” Sin decir palabra se levanta Leopoldo, va a su escritorio y vuelve con un sobre que le pone a Liliana sobre la mesa.
“Eso es lo que va a pasar en Agosto. Ojalá que te alegres un poco.” Liliana lo mira asombrada, abre el sobre y mira el contenido. Entonces, con un suspiro dice: “Puh, no tenía idea de eso. Republica Dominicana….” Entonces decidida deja el sobre sobre la mesa y se dirige a Leopoldo. “Leo, yo te lo agradezco. Sólo que tú te quejas de que no me haya puesto de acuerdo contigo sobre la fecha de mi viaje que es parte de mi trabajo y tú lo sabes. Y tú nos mandas, sin consultarme, a una playa aunque sabes que yo no la disfruto! Yo encuentro que eres tú el que ha debido consultar conmigo y no al contrario, no te parece?” El volúmen de su voz ha ido subiendo y ella lo mira furiosa. “Yo quise sorprenderte. Pensé que te gustaría.” Leopoldo va quitando los platos de la mesa. Se muestra reservado y Liliana sale malhumorada de la habitación.